Los pueblos medievales del Pirineo con más encanto
Os proponemos un viaje en el tiempo, pero sin tener que meteros en ninguna cápsula astral ni tampoco hacerlo de forma virtual. Un salto real hacia la edad media, obviando las inclemencias de una época tan transformadora como la que fue y quedándoos con el legado más amable y con los paisajes rurales que perduran medio milenio después. Os presentamos un paseo por el Pirineo medieval, territorio de antiguas hazañas, de arquitectura sobria y exquisita, de pueblos de montaña arropados por un entorno natural fascinante, y que hoy cuentan con una selecta oferta de establecimientos de Grans Hotels de Catalunya para que podáis disfrutarlos con todo su esplendor.
Empezamos en el Ripollès, tierra pirenaica por excelencia con lugares que conservan los vestigios de una época que marcó su fisonomía para siempre. Por ejemplo, ¿conocéis Llanars? Es un pueblo caracterizado por su iglesia de Sant Esteve, una joya románica del siglo XII, rodeada de muchos caminos ganaderos que os permitirán desconectar y disfrutar de un paisaje abierto y acogedor. Para alojarse en este paraje contáis con el Hotel Grèvol, construido con piedra y madera al más puro estilo arquitectónico del Pirineo, perfectamente integrado en el entorno y con piscina y jacuzzi interior.
En Llanars tenéis múltiples opciones para descubrir su entorno, y os destacamos un agradable paseo que bordea el río Ter y llega hasta el pueblecito de la Roca. Son poco más de dos kilómetros, bien señalizados, que os llevarán hasta este núcleo medieval que fue escenario de numerosos ataques y conflictos vecinales entre condes y reyes. En esta zona, a pocos kilómetros también tenéis el Hotel La Coma de Setcases, junto a las pistas de esquí de Vallter 2000, que ya se encuentran abiertas. El hotel también es un buen punto de salida de vuestras actividades de senderismo o ciclismo, y también para unos días de relax y desconexión con su piscina climatizada y la zona de spa.
Siguiendo en el Ripollès debemos guiaros, y no podéis fallar en esta visita, hasta el pueblo de Beget. Detened el tiempo al llegar. En realidad, no hará falta hacerlo porque allí el tiempo se detiene solo, fijado en una época pasada de calles empedradas, pequeños puentes y casitas con puertas de madera que os invitan a rememorar épocas medievales. El río que cruza silencioso el pueblo también ayuda a hacerlo más de postal. Y para completar la estancia haced reserva en el acogedor Hotel Calitxó, de Molló, rodeado de naturaleza y con un ambiente tranquilo y familiar.
Y cerramos la estancia en el Ripollès en Ribes de Freser, donde encontraréis el Hotel Els Caçadors, con una equilibrada combinación de tradición y vanguardia, a las puertas de Vall de Núria, que también os espera con su mejor oferta invernal. Y desde aquí, tenéis muy cerca Vallfogona del Ripollès, donde encontraréis un rico patrimonio de la edad media en plena naturaleza, que podéis saborear con el paseo por la ruta de la fuente de la Tosca. Son unos cuatro kilómetros de camino lleno de historia. Saldremos del puente medieval de Vallfogona, y siguiendo el camino marcado pasaréis por el paraje de la Tosca, donde se conservan restos de un antiguo yacimiento arqueológico, y llegaremos hasta el torrente de la Masica, donde encontraréis zonas de pozas y antiguos caminos llenos de rincones sorprendentes.
Y si hablamos de pueblos medievales, es hora de dar el salto hacia el Alt Empordà, donde os espera la calidez del Hotel Can Xiquet, de Cantallops. Tiene unas de las mejores vistas que se pueden tener en esta tierra, ¡y eso es mucho decir!
La oferta de turismo activo que tenéis desde el establecimiento es muy amplia, como el descubrimiento del valle de Molinàs, por donde podréis caminar por un paisaje medieval y empaparos de paisaje de viñedos y Mediterráneo. Encontraréis una ruta circular que pasa por el mismo pueblo de Molinàs, sube hasta el castillo y baja hacia Colera, siguiendo un camino que desfila por un valle abrupto y áspero, muy fotogénico. En la comarca también se encuentra el Hotel Els Caçadors, en Maçanet de Cabrenys, con un entorno ideal para excursionistas y amantes de la naturaleza.
El circuito que os proponemos tiene cerca de 12 kilómetros, que podéis hacer de forma circular o regresando por el mismo camino, a vuestro aire. Sea como fuere, os fascinará el contraste de paisajes de esta zona, muy adecuada también para descubrir en bicicleta. Comprobaréis que en una misma salida se pueden unir las mejores calas mediterráneas con pueblos medievales junto a volcanes. Es el caso de Santa Pau, en la Garrotxa, otro pueblo que no os podéis perder y que tiene un patrimonio histórico y artístico fascinante, con un marcado carácter medieval, entre murallas y callejones estrechos. En este caso, podéis optar por el Hotel La Perla de Olot, en pleno Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, y con todas las comodidades que podáis necesitar.
Y acabaremos la ruta por el encanto de los pueblos medievales con parada en Besalú, escenario de numerosas novelas y películas marcadas por el componente histórico de sus raíces, y por una arquitectura que maravilla a todo el mundo que se detiene a pasar un rato. Es una de las muestras más importantes de la Catalunya medieval y como tal, os espera para ofreceros un descubrimiento fascinante de su magnífico legado.
Fotos: Ripollès Turisme y Archivo de Imágenes Patronat Turisme Costa Brava Girona.